martes, 17 de noviembre de 2009

Catalina de Aragon



Nacida en la ciudad de Alcalá de Henares, el 16 de diciembre de 1485, ocho días antes de Nochebuena. Fue la menor de las hijas del rey Fernando II el Católico y de la reina Isabel I la Católica. Era tataranieta del rey Eduardo III de Inglaterra y prima en cuarto grado tanto del rey Enrique VII y de la reina Isabel de York. La hija de los Reyes Católicos era la que más se parecía a su madre: pelirroja, de ojos claros, decidida e inteligente. Catalina tenía sin duda grandes capacidades intelectuales y morales. Recibió una esmerada educación apegada al catolicismo digna de una futura reina, aprendiendo lenguas romances de la península ibérica, francés, flamenco, inglés y, por supuesto, latín, además de artes como la danza y la música. A los seis años contempló la emocionante y vistosa toma de Granada. Allí se quedó a vivir con sus padres, porque Isabel y Fernando siempre consideraron que la capital de la España suya, la de los Reyes Católicos sólo podría ser la ciudad de Granada. Pasaron los años y Catalina abandonó Granada junto con su familia para instalarse en Santa Fe. Su destino era el de contemplar el designio político de la España recién nacida como potencia universal, en contra de Francia, cuyo cerco establecieron los Reyes Católicos con el anillo de cinco bodas: Juan y Juana con los Habsburgo; Isabel y María con Portugal; Catalina con Inglaterra. Catalina fue prometida siendo niña al príncipe de Gales, Arturo, hijo de Enrique VII fundador de la dinastía Tudor.




Siguiendo la política de los Reyes Católicos de aislar a Francia, Catalina fue prometida en matrimonio el 26 de marzo de 1489 con el príncipe Arturo de Gales, primogénito de Enrique VII de Inglaterra, en el llamado tratado de Medina del Campo. A Catalina le causo un gran daño moral abandonar la Alhambra, ya que había pasado en el castillo rojo su niñez y adolescencia. A la edad de 15 años, el 17 de agosto de 1501 el barco de la infanta levó anclas desde La Coruña hacia Inglaterra, pero en el golfo de Vizcaya se desarboló al barco, por lo que debieron fondear en el puerto de Laredo para iniciar nuevamente el viaje el 27 de septiembre del mismo año.


Tras un mes de navegación Catalina llegó al puerto de Plymouth, donde fue recibida por el obispo de Bath, en representación del príncipe. El 14 de noviembre fue desposada por el desconocido, joven y enfermizo príncipe de Gales en la catedral de San Pablo de Londres. Causó una gran impresión a su futuro suegro. Como príncipe de Gales, Arturo fue enviado al castillo de Ludlow en Shropshire para presidir al consejo de Gales y fue acompañado por la ahora princesa de Gales. Unos pocos meses después, el 2 de abril de 1502, el joven príncipe murió por una epidemia, bautizada "como la fiebre del sudor", dejando a una princesa viuda y virgen.


Los intereses de ambas coronas, la pérdida de una cuantiosísima dote por parte de los españoles y la pérdida de un fiel y cada vez más poderoso aliado por parte de los ingleses, llevaron a negociar el matrimonio de la viuda con el siguiente en la línea de sucesión, el príncipe Enrique, hermano del difunto, que tan solo tenía 11 años. Incluso se llegó a barajar la posibilidad de casarla con el propio Enrique VII que había quedado viudo años antes. La princesa viuda testificó que debido a la juventud y carácter enfermizo del príncipe el matrimonio no había sido consumado, hecho que fue certificado con una dispensa del Papa Julio II para que el matrimonio con Enrique fuera posible


En 1509 murió el rey Enrique VII de Inglaterra. Su hijo Enrique asumió el reinado como Enrique VIII de Inglaterra, de la reciente dinastía Tudor, mostrando su deseo de poseer cuanto antes a la princesa española. Por esa razón, dos meses más tarde, el 11 de junio, en la capilla Grey Friars, Catalina fue nuevamente desposada tras una larga y solitaria espera de siete años, llena de incertidumbre. Fue coronada como Reina, el 24 de junio de 1509. Tenía 23 años mientras que el rey acababa de cumplir dieciocho. Tanto como princesa de Gales como de reina, Catalina fue extremadamente popular entre sus súbditos. Ella gobernó la nación como regente, mientras Enrique invadía Francia en 1513. Ella en persona cabalgó al frente de las tropas de reserva que derrotaron y dieron muerte al rey de Escocia en 1513. Para entonces Catalina había dado a luz a una niña muerta y había visto morir al heredero al trono.


Fue un matrimonio feliz para ambos -con infidelidades por parte del rey-, durante 18 años, hasta que el Enrique VIII comenzó a preocuparse seriamente ante la necesidad de un heredero varón y el fin de la fertilidad de la reina.
Un hijo (1510), murió tras el alumbramiento;
Enrique (1 de enero de 1511- Moriría tan sólo 52 días después de su nacimiento), Príncipe de Gales y Duque de Cornualles;
un aborto (1513);
un hijo (¿?), muerto tras el alumbramiento;
María I de Inglaterra (1516 - 1558), reina de Inglaterra de 1553 a 1558;
otro aborto (1518).


El nacimiento de un varón se hacía esencial para Enrique VIII.


La dinastía Tudor era nueva, y su legitimidad estaba aún en entredicho. Ninguna reina había gobernado nunca exitosamente en Inglaterra en su propio derecho. Los desastres de la Guerra de las dos rosas (1455-1485) se encontraban aún vivos en la memoria colectiva.


En 1520, el poderoso sobrino de Catalina, Carlos V, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y rey de España, visitó Inglaterra, y la reina comenzó rápidamente con la política de ganar tanto su alianza como la de Francia. Inmediatamente después de la partida del emperador, el 31 de mayo de 1520, la reina acompañó al rey a Francia, para una visita a Francisco I, recordándose el encuentro (por el esplendor de la ocasión) como el campo de la tela de oro. Sin embargo, a los dos años se declaró la guerra contra Francia y nuevamente el emperador fue recibido en Inglaterra, entre otros asuntos, para hacer planes sobre el matrimonio de la princesa María


El rey, enamorado de Ana Bolena, solicitó la nulidad eclesiástica a la Iglesia Católica (1527) con el pretexto de la ilegalidad del matrimonio celebrado entre cuñados. La actitud inicialmente favorable del papa Clemente VII se modificó ante la negativa de Catalina y las presiones del emperador Carlos V, poco dispuesto a ver comprometida su estrategia.


En plena efervescencia protestante, la cuestión se convirtió en una viva polémica sobre la primacía papal en la que participaron teólogos y hombres de letras. Por último, Enrique se casó con Ana Bolena (25 de enero de 1533), ya embarazada de la futura reina Isabel I. El arzobispo de Canterbury, Thomas Cranmer, anuló el matrimonio del rey con Catalina (23 de mayo de 1533). Enrique VIII se separó de la obediencia a la Iglesia Católica de Roma (1534) y se hizo reconocer como jefe supremo de la nueva Iglesia de Inglaterra.


Catalina fue confinada sucesivamente en Ampthill, en Buckden y en el castillo de Kimbolton donde murió el 7 de enero de 1536, a la edad de 50 años. Aunque nunca renunció al título real, fue enterrada en la Catedral de Peterborough con un funeral propio de Princesa Viuda en lugar del de una reina. Las ciudades de Peterborough y Alcalá de Henares (su lugar de nacimiento) son hoy ciudades hermanas. Todos los 29 de enero, aniversario de su entierro, tienen lugar unos actos conmemorativos en la hoy catedral de Peterborough.

Enrique VIII de Inglaterra




Enrique VIII (28 de junio de 1491 – 28 de enero de 1547) fue rey de Inglaterra y señor de Irlanda desde el 22 de abril de 1509 hasta su muerte. Fue el segundo monarca de la casa Tudor, descendiente de su padre, Enrique VII. Famoso por haberse casado seis veces y por ejercer el poder más absoluto entre todos los monarcas ingleses. Entre los hechos más notables de su reinado se incluye su ruptura con la Iglesia Católica Romana, y su establecimiento como cabeza de la Iglesia de Inglaterra (Iglesia Anglicana), la disolución de los monasterios, y la unión de Inglaterra con Gales.




También promulgó legislaciones importantes, como las varias actas de separación con la Iglesia de Roma,de su designación como cabeza suprema de la Iglesia de Inglaterra, las Union Acts de 1535 y 1542, que unificaron a Inglaterra y Gales como una sola nación, la Buggery Act de 1533, primera legislación contra la sodomía en Inglaterra, la Witchcraft Act de 1542, que castigaba con la muerte la brujería.




La protección que dispensó al pintor alemán Hans Holbein se tradujo en una formidable serie de retratos y dibujos a color, que efigian a muchos personajes de la Corte de aquella época. Destaca la efigie del propio Enrique VIII, del Museo Thyssen-Bornemisza.



Enrique VIII ascendió al trono en 1509, tras la muerte de su padre. El padre de Catalina, Fernando II de Aragón, organizó el casamiento de ésta con el nuevo rey. Enrique VIII desposó a Catalina de Aragón nueve semanas antes de su coronación en Greenwich, el 11 de junio de 1509, dejando de lado los consejos del Papa Julio II, y de William Warham, arzobispo de Canterbury, en cuanto a la validez de tal unión. Fueron coronados juntos en la Abadía de Westminster el 24 de junio de 1509. El primer embarazo de la reina Catalina terminó en un aborto en 1510. Luego dio a luz a su hijo, Enrique, el 1 de enero de 1511, pero el bebé sólo vivió hasta el 22 de febrero de ese mismo año. Con su coronación, Enrique VIII debió enfrentarse a las problemáticas consecuencias de los impuestos nobiliarios establecidos por Richard Empson y Edmund Dudley, miembros del gabinete de su padre. Hizo detener a ambos en la Torre de Londres, y posteriormente ordenó decapitarlos. Ésta fue una de las muchas maneras en que se diferenció de los principios de Enrique VII. Otra diferencia se hizo notoria por la inclinación bélica de Enrique VIII, mientras que su predecesor había favorecido políticas pacíficas.



Durante los dos años posteriores a la ascensión de Enrique VIII, el obispo de Winchester, Richard Fox, junto a William Warham, controlaron los asuntos de Estado. De 1511 en adelante, sin embargo, el poder real fue ostentado por Thomas Wolsey. En 1511 Enrique se unió a la Liga católica, formada por dirigentes europeos opuestos al rey Luis XII de Francia. La liga incluía figuras como el Papa Julio II, el Emperador del Sacro Romano Imperio Maximiliano I, y los reyes españoles Isabel De Castilla y Fernando de Aragón, con quien Enrique firmó asimismo el tratado de Westminster. Enrique se unió en persona al ejército, y cruzó el Canal de la Mancha hacia Francia, donde tomó parte en escaramuzas y batallas. En 1514, Fernando abandonó la alianza, y las otras partes hicieron la paz con Francia. La consecuente irritación con España inició la discusión sobre un divorcio con la reina Catalina. Sin embargo, con la ascensión en 1515 del rey Francisco I al trono de Francia, Inglaterra y Francia aumentaron su antagonismo, y Enrique se reconcilió con los reyes de España.


En 1516 la reina Catalina dio a luz a una niña, María, renovando las esperanzas de Enrique de lograr un heredero varón, a pesar de los previos embarazos fallidos de su esposa. Fernando II murió en 1516, para ser sucedido por su nieto Carlos, sobrino de la reina Catalina. Para octubre de 1518, Thomas Wolsey había diseñado el Tratado de Londres con el papado, con la idea de conseguir un triunfo para la diplomacia inglesa, ubicando al reino en el centro de una nueva alianza europea con el ostensible objeto de repeler las invasiones moriscas a España, tal como había solicitado el Papa.



En 1519 también murió Maximiliano, y Thomas Wolsey, que a la sazón era Cardenal de la iglesia católica, propuso secretamente a Enrique como candidato para el puesto a pesar de que públicamente parecía apoyar al rey francés, Francisco I. Finalmente, los príncipes electores eligieron a Carlos I de España. La rivalidad subsecuente entre Francia y España, permitió a Enrique actuar como mediador. Así empezó a manejar el equilibrio del poder europeo. Tanto Francisco I como Carlos I intentaron gozar del favor de Enrique VIII, Francisco en forma espectacular y deslumbrante, con el encuentro en el Campo del Paño de oro, y Carlos I con toda solemnidad en los encuentros de Kent. Después de 1521, sin embargo, la influencia inglesa sobre Europa comenzó a menguar. Enrique entró en una alianza con Carlos I a través del tratado de Brujas, y Francisco I de Francia fue derrotado por el ejército imperial de Carlos I en la Batalla de Pavía, en febrero de 1525. La confianza del emperador en Enrique disminuyó al mismo ritmo que el poder inglés sobre el continente. Enrique VIII se mostró reacio en ayudarlo a conquistar la Flor de Lis, a pesar de las garantías de Carlos I. Esto terminó con el Tratado de Westminster, en 1527.



El interés de Enrique en los asuntos europeos se extendió hasta el ataque contra la revolución alemana de Lutero. En 1521 le dedicó su "Defensa de los siete sacramentos", que le valió el título de "Defensor de la Fe". Con base en esto, se lo reconoció con el título de inclitissimus.Este honor lo mantuvo aún después de romper con Roma, y es todavía usado por la monarquía británica.


La coronación de Enrique VIII fue la primera pacífica que había tenido Inglaterra en muchos años; sin embargo, todavía tenía que ponerse a prueba la legitimidad de la dinastía Tudor.
El pueblo inglés parecía disconforme con las reglas de sucesión femenina, y Enrique sintió que sólo un heredero varón podría asegurar el trono. Aunque la reina Catalina quedó embarazada al menos siete veces (por última vez en 1518), sólo uno de los vástagos, la princesa María, sobrevivió a la infancia. Enrique había frecuentado concubinas, incluyendo a María Bolena y a Isabel Blount, con quien había tenido un hijo ilegítimo, Henry Fitzroy, primer duque de Richmond y Somerset. En 1526, cuando estuvo claro que la reina Catalina no podría tener más niños, Enrique comenzó a perseguir a la hermana de María Bolena, Ana.


Aunque no cabe duda de la motivación principal de Enrique para divorciarse de Catalina, su deseo de tener un heredero varón, se encaprichó con Ana, a pesar de su inexperiencia infantil y su poco atractivo. El largo intento del Rey para terminar su matrimonio con la reina Catalina, fue apodada "La cuestión real". El cardenal Thomas Wolsey y William Warham comenzaron secretamente a investigar la validez del casamiento. Obviamente, la reina Catalina había testificado que su matrimonio con Arturo, Príncipe de Gales, no había sido consumado y, en consecuencia, no había impedimento para el subsecuente casamiento con Enrique. La investigación no pudo ir más allá, y se desestimó.


Sin informar al cardenal Thomas Wolsey, Enrique apeló directamente a la Santa Sede. Envió a su secretario William Knight a Roma para argüir que la Bula de Julio II había sido obtenida mediante engaños, y era en consecuencia nula. Además, pedía al papa Clemente VII que le otorgase una dispensa para permitirle desposar a cualquier mujer, incluso en el primer grado de afinidad. Esta dispensa era necesaria, ya que Enrique había previamente tenido relaciones con la hermana de Ana Bolena, María.


Knight se encontró con que el Papa Clemente VII era prácticamente prisionero del Emperador Carlos V. Tuvo dificultades hasta para entrevistarse con el Papa y, cuando finalmente lo logró, no consiguió los resultados que buscaba. Clemente VII no estaba de acuerdo en anular el matrimonio, pero otorgó la dispensa, presumiendo que la misma no tendría mucho efecto mientras Enrique hubiera de permanecer casado con Catalina.


Informado de lo obtenido por el representante del rey, el cardenal Thomas Wolsey envió a Stephen Gardiner y a Edward Fox a Roma. Quizá temiendo al sobrino de Catalina, (el Emperador Carlos V), el Papa Clemente inicialmente evitó atender sus reclamaciones. Fox fue enviado de regreso con una comisión autorizando el inicio de un proceso, pero las restricciones impuestas la tornaban prácticamente insignificante.


Gardiner procuró formar una comisión ejecutiva que decidiera con antelación los puntos legales a discutir. Clemente VII fue persuadido para aceptar tal propuesta, y permitió al cardenal Thomas Wolsey y al cardenal Lorenzo Campeggio llevar el caso juntos. La comisión actuó en secreto; sus conclusiones no debían ser mostradas a nadie, y debían permanecer siempre en poder de Campeggio. La comisión estableció que la Bula Papal autorizando el casamiento de Enrique con Catalina sería declarada nula si los alegatos en que se basó se demostraban falsos. Por ejemplo, la Bula sería nula si resultaba falso que el matrimonio había sido absolutamente necesario para mantener la alianza anglo-hispana.


El cardenal Campeggio llegó a Inglaterra en 1528. Los procedimientos, sin embargo, se paralizaron cuando los españoles emitieron un segundo documento que presumía el otorgamiento de la necesaria dispensa. Se aseguraba que, unos pocos meses antes de otorgarle la dispensa en una Bula pública, el Papa Julio II había otorgado lo mismo en una nota privada enviada a España. La comisión, sin embargo, sólo hizo mención a la Bula: no autorizó a los cardenales Wolsey y Campeggio a determinar la validez de la nota, y durante ocho meses, las partes litigaron sobre su autenticidad.


Enojado con el cardenal Thomas Wolsey por la demora, Enrique lo despojó de su poder y riqueza. Lo acusó de "præmunire",pero Thomas Wolsey murió al poco tiempo. Con el Cardenal Thomas Wolsey cayeron otros poderosos miembros de la Iglesia en Inglaterra; en las oficinas del Lord Canciller y del Tenedor de sellos fueron nombrados laicos en cargos antes reservados únicamente a clérigos.


El poder entonces pasó a Sir Thomas More como nuevo Lord Canciller, a Thomas Cranmr como nuevo arzobispo de Canterbury y a Thomas Cromwell como primer conde de Essex y Secretario de Estado de Inglaterra. El 25 de enero de 1533, Cranmer participó de la boda entre Enrique y Ana Bolena. En mayo, anuncia la anulación del matrimonio con Catalina, y poco después declara válido al matrimonio con Ana. La Princesa María fue rebajada a hija ilegítima, y reemplazada como presunta heredera por la nueva hija de Ana, la Princesa Isabel. Catalina perdió el título de "Reina", y se convirtió en la Princesa viuda de Gales; María dejó de ser "Princesa de Gales", para pasar a ser una simple "Lady". Catalina de Aragón, Reina de Inglaterra, murió de cáncer en 1536. Sir Thomas More aceptó que el Parlamento hiciera reina a Ana, pues del Parlamento emanaban las leyes y no se pronunció sobre que Enrique VIII fuese cabeza de la Iglesia de Inglaterra, llegando a dimitir como Lord Canciller para no tener que pronunciarse. Sabía que la vida le iba en ello. Durante un tiempo Enrique VIII le dejó tranquilo, pero su silencio era tan atronador para toda Inglaterra que al final le quiso hacer hablar. Muchas veces fue interrogado. Fue encerrado en la Torre de Londres y llevado a juicio que incluyó falsos testimonios. La función de acusación fue ejercida por Thomas Cromwell. Hallado culpable de alta traición, debido al falso testimonio, fue condenado a muerte. Una vez dictada la sentencia y al solicitársele por los jueces unas últimas palabras, por fin habló, diciendo que el juicio había sido una patraña y negando que Enrique VIII pudiera ser cabeza de la Iglesia. Fue ejecutado en 1535. Como mártir, la Iglesia católica lo elevó a los altares.


El Papa respondió a estos acontecimientos excomulgando a Enrique VIII en julio de 1533. Siguió una considerable agitación religiosa. Urgido por Thomas Cromwell, el parlamento aprobó varias actas que sellaron la brecha con Roma en la primavera de 1534. El Estatuto de restricción de apelaciones prohibió las apelaciones de las cortes eclesiásticas al Papa. También previno que la Iglesia decretara cualquier tipo de regulación sin previo consentimiento del Rey. El Acta de designaciones eclesiásticas de 1534, decretó que los clérigos elegidos para obispos debían ser nominados por el soberano. El Acta de Supremacía del mismo año, declaró que "el Rey es la única cabeza suprema en la tierra de la Iglesia de Inglaterra". El Acta de traiciones,también de 1534, convirtió en alta traición, castigada con la muerte, desconocer la autoridad del Rey, entre otros casos. Al Papa se le negaron todas las fuentes de ingresos monetarios como el Denario de San Pedro.


Rechazando las decisiones del Papa, el parlamento validó el matrimonio entre Enrique y Ana Bolena con el Acta de Sucesión de 1534. La hija de Catalina, Lady Mary, fue declarada ilegítima, y los descendientes de Ana pasaron a estar en la línea de sucesión real. Todos los adultos fueron obligados a reconocer las previsiones de esta Acta; quienes la rechazaban eran condenados a prisión de por vida. La publicación de cualquier escrito alegando que el matrimonio de Enrique con Ana era inválido, resultaba en un cargo de alta traición, que podía ser castigado con pena de muerte.


La oposición a las políticas religiosas de Enrique fue rápidamente suprimida. Varios monjes disidentes fueron torturados y ejecutados. Cromwell, por quien fue creado el puesto de "Vicegerente espiritual" fue autorizado a visitar monasterios, supuestamente para asegurarse que seguían las instrucciones reales, pero en la práctica para hacerse de sus riquezas. En 1536, un Acta del Parlamento permitió a Enrique confiscar las posesiones de los monasterios deficitarios (aquellos con ingresos anuales de 200 libras o menos).


En 1536, la reina Ana comenzó a perder el favor de Enrique. Después del nacimiento de la princesa Isabel, Ana tuvo dos embarazos que terminaron en aborto o muerte del niño. Mientras tanto, Enrique empezaba a prestar atención a otra doncella de su corte, Jane Seymour. Quizá animado por Thomas Cromwell, Enrique hizo arrestar a Ana, bajo cargos de usar brujería para convertirlo en su esposo, de tener relaciones adúlteras con cinco hombres, de incesto con su hermano Jorge Bolena, Vizconde de Rochford, de injuriar al Rey y conspirar para asesinarlo, con el agravante de traición. Los cargos eran enteramente fabricados. La Corte que trató el caso fue presidida por el propio tío de Ana, Thomas Howard, tercer Duque de Norfolk. En mayo de 1536, se condenó a Ana y a su hermano a muerte por la hoguera o por decapitación, lo que el rey eligiera. Los otros cuatro hombres sobre los que se alegó tener relaciones con Ana, fueron condenados a ser colgados, ahogados y descuartizados. Lord Rochford fue decapitado al término del juicio en forma inmediata; a los otros cuatro implicados les fue conmutada su sentencia por decapitación. Ana también fue decapitada al poco tiempo.


Pocos días después de la ejecución de Ana, en 1536, Enrique VIII se desposó con Jane Seymour. El Acta de Sucesión de 1536 declaró a los hijos de la reina Jane dentro de la línea de sucesoria, excluyendo a Lady María y a Lady Isabel. El rey fue habilitado para determinar por sí en lo sucesivo la línea sucesoria. Jane dio a luz a un hijo, el príncipe Eduardo en 1537, para luego morir dos semanas después. Luego de la muerte de Jane, la corte entera guardó luto con Enrique por algún tiempo. El Rey la consideró siempre su "verdadera" esposa, al ser la única que le dio el heredero varón que tan desesperadamente soñaba.


Para la época de su casamiento con Jane Seymour, Enrique concedió su aprobación a la Constitución de Gales[17] (1535–1542), que la anexó legalmente con Inglaterra, haciendo de ambas un sólo país. El Acta decretó el uso exclusivo del inglés para los procedimientos oficiales en Gales, contrariando a los numerosos hablantes del idioma galés.


Enrique continuó la persecución de sus oponentes religiosos. En 1536 se desató en el norte de Inglaterra una revuelta conocida como la "Peregrinación de Gracia". Para aplastar a los católicos romanos rebeldes, Enrique concedió poderes al Parlamento, y decretó un perdón general a todos los involucrados. No cumplió ninguna de sus promesas, y una segunda revuelta se inició en 1537. Los líderes de la rebelión fueron acusados de traición y ejecutados. En 1538 Enrique ordenó la destrucción de los santuarios de todos los santos de la Iglesia Católica romana, y para 1538, todos los monasterios existentes habían sido disueltos, y sus propiedades transferidas a la corona. Como recompensa por su eficiencia, Thomas Cromwell fue nombrado Conde de Essex. Abades y priores perdieron sus escaños en la cámara de los lores, y sólo los arzobispos y obispos formaron la representación eclesiástica del cuerpo. Los "lores espirituales", como se conocía a los miembros del clero con lugares en la cámara de los lores, fueron por primera vez superados en número por los lores temporales.


El único hijo superviviente de Enrique, el príncipe Eduardo, Duque de Cornwall, no era un niño sano. Por tal motivo, Enrique decidió casarse una vez más para asegurarse un heredero varón. Thomas Cromwell sugirió a Ana de Cleves, hermana del protestante Duque de Cleves, que sería un importante aliado en el caso de que Roma atacara a Inglaterra.


Hans Holbein el Joven fue enviado a Cleves para pintar un retrato de Ana para el Rey. Después de observar el favorecedor retrato, y urgido por las cumplidas descripciones de Ana dadas por sus cortesanos, Enrique decidió desposarse con ella. Al arribo de Ana a Inglaterra, se dice que Enrique no la encontró nada atractiva, llamándola en privado "La yegua de Flandes". Había sido retratada sin ningún signo de su cara picada de viruela. No obstante ello, Enrique la desposó el 6 de enero de 1540.


Poco después, sin embargo, Enrique deseó terminar el matrimonio, no sólo por sus sentimientos personales, sino por consideraciones políticas. El Duque de Cleves se hallaba envuelto en una disputa con el Emperador del Sacro Romano Imperio, con quien Enrique no quería tener disputas. La reina Ana fue lo suficientemente inteligente para no impedir la búsqueda por parte de Enrique de una anulación. Testificó que el casamiento nunca había sido consumado, diciendo que Enrique había ingresado cada noche en su habitación para meramente besar a su nueva esposa en la frente antes de dormir. El casamiento fue consecuentemente anulado con la base de que Ana había realizado previamente contratos nupciales con otros nobles europeos.
Ana recibió el título de "Hermana del rey", y se le otorgó el castillo de Haver, la ex residencia de la familia de Ana Bolena. Cromwell, mientras tanto, en razón de haber impulsado el fallido matrimonio, perdió el favor real, cayó en desgracia y fue decapitado. El oficio de Vicegerente espiritual, creado para él, no fue cubierto, y permanece vacante hasta hoy.


El 28 de julio de 1540, el mismo día en que Cromwell fue ejecutado, Enrique se casó con la joven Catalina Howard, prima de Ana Bolena. Poco después del casamiento, sin embargo, la reina Catalina tuvo un romance con el cortesano Thomas Culpeper. También había empleado a Francis Derham como secretario, con quien había estado informalmente relacionada antes del casamiento real. Thomas Cranmer, enemigo de la poderosa (y católica) familia Howard, obtuvo evidencias de las actividades de la reina, e informó a Enrique de ello. Aunque en principio el rey no creyó tales denuncias, autorizó a Cranmer a efectuar una investigación, de la que resultó la confirmación de las acusaciones. Al ser interrogada, Catalina podría haber admitido un compromiso previo con Derham, lo que por sí mismo podía convertir en inválido al subsecuente matrimonio con Enrique pero, en lugar de esto, sostuvo que Derham la había obligado a establecer una relación adúltera. Derham, a su vez, expuso la relación entre la Reina y Thomas Culpeper.


En diciembre de 1541, Culpeper y Derham fueron ejecutados. Catalina no fue condenada en juicio, sino por un decreto de deshonra aprobado por el Parlamento. El decreto detallaba la evidencia contra la reina, con una cláusula especial que permitía la aprobación real a través de comisionados, para evitar que el Rey volviera a escuchar el relato de los crímenes. Nunca se había utilizado este método de aprobación real, pero se usó en reinados posteriores, para reemplazar la presencia real en el parlamento.


El casamiento de Catalina fue anulado poco antes de su ejecución. Igual que en el caso de Ana Bolena, Catalina no podría ser culpada técnicamente de adulterio, ya que el matrimonio resultó oficialmente nulo desde el origen. Nuevamente esta cuestión fue ignorada, y Catalina fue ejecutada el 13 de febrero de 1542, cuando tenía sólo 18 años.


Enrique se casó en 1543 con su última esposa, la rica viuda Catalina Parr. La nueva reina discutió con Enrique sobre religión, ya que era católica mientras que el rey permanecía como anglicano. Esta conducta podría haberle resultado peligrosa, si no hubiera sido por sus muestras de sumisión. Ayudó a reconciliar a Enrique con sus dos primeras hijas, Lady Mary y Lady Isabel. En 1544, un decreto parlamentario puso a ambas en la línea de sucesión detrás del príncipe Eduardo, Duque de Cornualles, a pesar de que todavía eran consideradas ilegítimas. El mismo decreto permitía a Enrique determinar la siguiente sucesión al trono a su arbitrio.


En sus últimos años, Enrique engordó notablemente, con una medida de cintura de 137 centímetros, y antes de morir posiblemente se enfermo de gota. La conocida hipótesis sobre que sufría de sífilis fue difundida por primera vez unos cien años después de su muerte. Argumentos más recientes sobre esta posibilidad provienen de un mayor conocimiento de la enfermedad, que permiten suponer que Eduardo VI, María I de Inglaterra, e Isabel I mostraron todos síntomas característicos de sífilis congénita. La obesidad de Enrique data de un accidente de justa en 1536, donde sufrió una herida en el muslo que no sólo le impidió realizar actividad física, sino que gradualmente derivó en una úlcera que indirectamente pudo haberlo llevado a la muerte. Enrique VIII falleció el 28 de enero de 1547 en el palacio de Whitehall. Murió el día en que su padre hubiera cumplido 90 años. Fue sepultado en la Capilla de San Jorge, en el castillo de Windsor, al lado de su esposa, Jane Seymour. Casi cien años después Carlos I de Inglaterra sería sepultado en el mismo lugar. En el transcurso de la década posterior a su muerte, sus tres hijos se sentaron sucesivamente en el trono de Inglaterra.


Bajo el Acta de Sucesión de 1544, la corona fue heredada por el único hijo varón, Eduardo, que se convirtió en Eduardo VI, como primer monarca protestante de Inglaterra. Con sólo nueve años de edad, no podía ejercer por sí el poder, que recayó en un consejo de regencia formado por dieciséis miembros elegidos según el testamento de Enrique VIII. El consejo eligió a Eduardo Seymour, Duque de Somerset y hermano mayor de Jane, como lord protector del reino. En la eventualidad de que Eduardo no tuviera hijos, sería sucedido por la hija de Catalina de Aragón y Enrique VIII, María. Si ésta a su vez no tenía descendencia, la corona real la heredaría la hija de Ana Bolena, Isabel. Finalmente, si Isabel moría sin descendencia, sería sucedida por los descendientes de María Estuardo, prima del rey Enrique VIII.


Junto con Alfredo el Grande, Enrique VIII es tradicionalmente recordado como uno de los fundadores de la Armada Real. Hay buenas razones para esto, ya que durante su reinado se desarrollaron varias batallas navales, y fundamentalmente, se invirtieron importantes recursos en la construcción naval, incluyendo varios grandes navíos como el Mary Rose, y en la innovación tecnológica, como el uso de artillería a bordo. A pesar de esto, Enrique VIII no legó a sus sucesores una armada orgánica, con estructuras, rangos, etcétera. Isabel I tuvo que improvisar sobre la base de navíos privados para luchar contra la armada española, y en realidad, en un sentido completo, la armada británica recién se constituyó como producto de la rivalidad anglo-holandesa en el siglo XVII. Por su ruptura con la Iglesia Católica Romana, Enrique VIII inició el escenario de grandes invasiones españolas o francesas. Para proteger las costas edificó numerosas defensas como el Castillo de Dover y otras fortificaciones y guarniciones de artillería desde East Anglia hasta Cornualles. Muchas de estas construcciones se efectuaron con material obtenido de la demolición de monasterios.

Mención aparte merece —sin duda— el hecho de que un monarca con el pragmatismo político y hasta la crueldad de Enrique VIII haya dado a la música un lugar preponderante en su corte. El rey compuso obras breves entre las que pueden citarse:



  • Pastime With Good Company (Pasatiempo en buena compañía)

  • Though that men do call

  • Though some saith

  • If Love now reigned (Si el amor reinara)

  • Depàrture is my chief pain (La partida es mi principal pena)

  • Adieu madame et ma maitresse (Adiós, mi señora y amante)

Maria Tudor



María Tudor nació en el palacio de Richmond, el 18 de marzo de 1496, siendo la quinta de los siete hijos del rey Enrique VII de Inglaterra y de Isabel de York.


Muy unida a su hermano, el futuro rey Enrique VIII cuando eran niños, siendo por este motivo que el soberano llama a su primera hija como María -futura reina María I. Además, el famoso barco Mary Rose fue nombrado así en su honor.


El 9 de octubre de 1514, a los 18 años de edad, se casó, en la catedral de Abbeville, con el rey Luis XII de Francia, de 52 años. El matrimonio apenas dura 3 meses, muriendo el rey en París el 1 de enero de 1515. María regresa a Inglaterra; no obstante, es conocida generalmente por sus contemporáneos ingleses como la Reina de Francia.


En las justas celebradas en Francia por su boda, conoce a Charles Brandon, primer duque de Suffolk, embajador acreditado ante el rey Luis XII, y tras la muerte del rey, fue comisionado a felicitar al nuevo rey Francisco I.


La reina se enamoró de Brandon y temerosa de volver a ser sacrificada por la política, se casa en secreto con él en París, el 3 de marzo de 1515. El duque de Suffolk le comunica a su amigo, el cardenal Wolsey, sobre la boda el día 5.


El matrimonio formal se celebra en el palacio de Greenwich, el 13 de mayo de 1515. De la unión nacen tres hijos:


  • Enrique Brandon (n. Bath Place, Londres, 11 de marzo de 1516 - m. Suffolk House, 8 de marzo de 1534), nombrado conde de Lincoln el 18 de junio de 1525.

  • Frances Brandon (n. Bishop's Hatfield, Hertfordshire, 16 de julio de 1517 - m. Chaterhouse, Sheen, Surrey, 20 de noviembre de 1559.

  • Leonor Brandon (n. Londres, ca.1519 - m. castillo de Brougham, 27 de septiembre de 1547), casada con Enrique Clifford, conde de Cumberland.

El rey estaba furioso por la intempestiva boda de su hermana, más aún por que Brandon había estado casado tres veces anteriores: primero, con Margarita Neville -este matrimonio es anulado por razones de parentesco-, con Ana Browne -de la que enviudó- y con Isabel Grey, vizcondesa de Lisle -el matrimonio, realizado sólo jurídicamente, es anulado antes de ser bendecido religiosamente-. Para colmo de males, la primera esposa de Suffolk aún estaba viva. Sin embargo, el rey pronto perdona a su hermana y se reconcilia con Suffolk.



En 1528 el papa Clemente VII emite una bula legitimando el matrimonio entre María y Carlos y a los hijos nacidos de su enlace.



Las relaciones entre María y su hermano el rey se vieron afectadas cuando ella se opuso a que éste se divorciase de su esposa Catalina de Aragón para casarse con su amante, Ana Bolena. Era bastante conocido que la duquesa de Suffolk odiaba a Ana y la consideraba una vulgar usurpadora.



Murió en Westhorpe Hall, en Suffolk, el 25 de junio de 1533, a los 37 años de edad, siendo sepultada en la abadía de Bury St. Edmund's, en Suffolk, actualmente en ruinas.

Margarita Tudor

Margarita Tudor (palacio de Westminster, 28 de noviembre de 1489 - 18 de octubre de 1541) fue la mayor de las dos hijas supervivientes del rey Enrique VII de Inglaterra y de Isabel de York, y la hermana mayor de Enrique VIII. Se casó con Jacobo IV de Escocia y otras dos veces más.



Fue bautizada dos días más tarde el 30 (día de San Andrés) en la iglesia de Santa Margarita de Westminster, compartiendo nombre con la única santa real de Escocia. En total, Margarita se casó tres veces.



La primera fue el 8 de agosto de 1503, a los 13 años de edad. Contrajo matrimonio en la abadía de Holyrood, en Edimburgo, con el rey Jacobo IV de Escocia, en un intento del rey inglés de alejar a Escocia de la influencia francesa. De esta manera, pasó a ser la madre de Jacobo V y abuela de María Estuardo. Además, fue igualmente la abuela del consorte de María, Lord Darnley a través de su segundo matrimonio. Lo más importante de todo es que el matrimonio de Margarita con Jacobo llevó directamente a la Unión de las Coronas.


De este matrimonio nacieron 6 hijos:


  • Jacobo (n. palacio de Holyrood, 21.2.1507 - m. castillo de Stirling, 27.2.1508), Duque de Rothesay.

  • Una hija (n. y m. palacio de Holyrood, 15.7.1508).

  • Arturo (n. palacio de Holyrood, 20.10.1509 - m. castillo de Edimburgo, 14.7.1510), Duque de Rothesay.

  • Jacobo (n. palacio de Linlithgow, 10.4.1512 - m. palacio de Falkland, Fife, 14 de diciembre de 1542), sera Jacobo V, rey de Escocia al suceder a su padre.

  • Una hija (n. y m. prematura, palacio de Holyrood, XI.1512).
    Alejandro (n. póstumo, castillo de Stirling, 30 de abril de 1514 - m. castillo de Stirling, 18 de diciembre de 1515), Duque de Ross.

Muerto su esposo en la batalla de Flodden, en Northumberland (9 de septiembre de 1513), Margarita asume la regencia del reino por la minoria de edad de su hijo Jacobo V.



Al año siguiente, el 6 de agosto de 1514, se casó en la iglesia de Kinnoull con Archibaldo Douglas, conde de Angus. De este matrimonio nace una hija:



  • Margarita Douglas (n. castillo de Harbottle, Northumberland 8 de octubre de 1515 - m. Hackney, Londres, 9 de marzo de 1578), casada con Mateo Estuardo, 4to conde de Lennox; de este matrimonio nacería Enrique Estuardo, Lord Darnley, segundo esposo de la reina Maria Estuardo.

Este nuevo enlace provocó que fuera despojada de la regencia en favor de Juan Estuardo, 2º Duque de Albany, el cual poco después obtiene la custodia del niño-rey. Margarita huye a Inglaterra, permaneciendo allí hasta 1517, cuando logra retornar a Escocia aprovechando la ausencia de Albany.



Sin embargo, su matrimonio con Angus estaba deteriorándose, más aún cuando éste logra apoderarse de la custodia del rey y asegurarse de esta forma la regencia del reino desde 1524 hasta que Jacobo V logra huir, en 1528.



Entretando, Margarita se divorcia de Angus en 1527 y se casa por tercera vez, el 3 de marzo de 1528, con Enrique Estuardo, luego I Lord Methven. De este matrimonio nace una hija:



  • Dorotea Estuardo (n. ca.1529 - m. joven).

Habiendo escapado el joven rey Jacobo V, se reúne con su madre y Lord Methven, que fueron sus principales consejeros por un tiempo. La relación de Margarita con su hijo terminó siendo muy distante, sin embargo, cuando él rechazó las tentativas de su madre de arreglar una reunión entre él y su hermano, el rey Enrique VIII de Inglaterra acusándola de traición. Además, su negativa a divorciarse de Lord Methven causó aún más daño a su ya fracturada relación.


Murió en el castillo de Methven, en Perthshire, el 18 de octubre de 1541, a los 51 años de edad, y fue sepultada en la abadía cartuja de San Juan de Perth (Escocia).

Arturo Tudor

Arturo Tudor (20 de septiembre de 1486 – 2 de abril de 1502) fue el hijo mayor de Enrique VII de Inglaterra. Enrique llamó Arturo a su hijo mayor en honor del Rey Arturo, en parte como un símbolo de sus esperanzas de renacimiento de la grandeza de Inglaterra, y en parte para enfatizar la relación de la familia Tudor con Gales.


Arturo, hijo de Enrique y de la Reina Isabel de York, nace en Winchester el 19 ó 20 de septiembre de 1486, y nunca tuvo buena salud aunque las esperanzas de una dinastía Tudor se depositaron en él. Desde el momento de su nacimiento fue Duque de Cornualles y fue nombrado Príncipe de Gales y Conde de Chester el 29 de noviembre de 1489.


A la edad de dos años, se arregló su matrimonio con la Princesa española Catalina de Aragón. Se casaron en noviembre de 1501, y partieron hacia Ludlow en la frontera con Gales, donde Arturo residía en calidad de príncipe de Gales y presidente del Consejo de Gales y las Marcas. La siguiente primavera, Arturo murió de fiebre, posiblemente por las húmedas condiciones del tiempo. Recientes investigaciones han especulado sobre la posibilidad de que la muerte de Arturo se debiera a un brote de hantavirus entre los roedores de Gales. La cuestión de si su matrimonio con Catalina se consumó o no tuvo un importante efecto posterior en la historia de Gran Bretaña.


Arturo fue enterrado en la Catedral de Worcester. Su hermano menor, Enrique, heredó sus títulos, accediendo posteriormente al trono como Enrique VIII de Inglaterra. Tiempo después, una dispensa papal permitió a Enrique casarse con la viuda de su hermano, Catalina. Los motivos que argumentó posteriormente para su divorcio fueron las circunstancias de su previo matrimonio con Arturo.

Isabel de York

Isabel de York nació en el palacio de Westminster, el 11 de febrero de 1466. Fue la primogénita de los 10 hijos de Eduardo IV de Inglaterra y de Isabel Woodville.


En cuanto murió su padre (9 de abril de 1483), surgieron los rumores de que su tío, el futuro rey Ricardo III, planeaba casarse con ella en cuanto muriera su enfermiza esposa Ana Neville. No hay pruebas fehacientes de ello, aunque Sir Jorge Buck aseguró más tarde que tenía en su poder una carta de Isabel -hoy perdida- en la que se descubría que ella estuvo de acuerdo en un eventual matrimonio con su tío. También se ha sugerido que el rumor lo originó la madre de Isabel, Isabel Woodville, con el propósito de sentarla en el trono. Si Ricardo en algún momento estuvo buscando la dispensa eclesiástica para casarse con su sobrina fue también para apartar de su camino al pretendiente de los Láncaster al trono, Enrique Tudor.


Isabel Woodville arregló entonces el matrimonio de su hija con Tudor, si lograba derrotar a Ricardo, cosa que el prometido consiguió en la batalla de Bosworth (22 de agosto de 1485), convirtiéndose en el rey Enrique VII.


Sin embargo, el nuevo monarca no se mostró muy apurado en casarse con Isabel. Dos meses más tarde, el 30 de octubre, Enrique fue coronado, y continuó posponiendo la boda. Finalmente el Parlamento, bajo la presión popular, exhortó al soberano a cumplir su promesa.


El matrimonio entre Isabel de York y Enrique VII se celebró en la abadía de Westminster, el 18 de enero de 1486. Su coronación formal como reina de Inglaterra se llevó a cabo 11 meses más tarde, el 25 de noviembre de 1486, dos meses después de dar a luz a Arturo, el primero de sus siete hijos.


Su hijo mayor y heredero de la corona, Arturo, murió el 2 de abril de 1502, cinco meses después de haberse casado con la princesa Catalina de Aragón. Este deceso motivó a Isabel a embarazarse por séptima vez, con el propósito de asegurar la continuidad dinástica de los Tudor.
El 2 de febrero de 1503, en la Torre de Londres, Isabel dio a luz una niña, que recibió el nombre de Catalina, nombre que le dio en honor a su nuera Catalina de Aragón, que era como una hija para Isabel. La criatura apenas vivió unas horas.


Terriblemente entristecida por la muerte de su hijo mayor y con el golpe de perder a su hijita recién nacida, su salud sufrió un declive fatal. La reina sufrió una fuerte fiebre puerperal y murió después de nueve días de agonía, el 11 de febrero de 1503, en su cumpleaños número 37. El rey Enrique, conocido por ser un hombre avaro, decidió, increíblemente, darle a su mujer unos funerales espléndidos. Isabel fue sepultada en la abadía de Westminster, en la Capilla de la Reina. Al morir, su esposo fue sepultado a su lado, en 1509.



  • Isabel de York fue la única reina inglesa en ser hija, hermana, sobrina, esposa y madre de reyes ingleses.

  • Además, se tomó su retrato como base para dibujar la figura de la reina en la baraja de naipes.

Henry VII

Enrique VII (28 de enero de 1457 - 21 de abril de 1509), rey de Inglaterra y señor de Irlanda (desde el 22 de agosto de 1485), fundador de la dinastía Tudor.





Enrique Tudor nació en el castillo de Pembroke, en Gales, hijo de Edmundo Tudor y de Margarita Beaufort. Edmundo Tudor, hijo del matrimonio entre el galés Owen ap Tudur (Owen Tudor) y Catalina de Francia (Catalina de Valois), viuda del rey Enrique V, fue capturado por miembros de la casa de York, durante las guerras de las Dos Rosas, muriendo un par de meses antes del nacimiento de su hijo, el 1 de noviembre de 1455. Margarita Beaufort era la nieta de Juan Beaufort, medio-hermano del rey Enrique IV.



Si bien Enrique era, por parte de su madre, descendiente de reyes de Inglaterra, en este caso la ascendencia era ilegítima: Juan Beaufort era hijo natural( bastardo), y aunque fue posteriormente declarado "legítimo" durante el reinado de Ricardo II, tras el matrimonio de sus padres Juan de Gante y Catalina de Roet-Swynford (1396), una ley decretada por Enrique IV impedía el ascenso de ningún Beaufort al trono inglés; por otra parte, el matrimonio entre Owen Tudor y Catalina de Francia -sus abuelos paternos- se realizó en contra de un decreto del Consejo Real durante la minoría de edad de Enrique VI. No obstante, en la convulsa situación de la Inglaterra de Ricardo III, esta ascendencia era suficiente para luchar por el trono inglés, habida cuenta de la impopularidad de Ricardo, que había reemplazado (y según los rumores de la época, asesinado) a Eduardo V y Ricardo, hijos de su hermano Eduardo IV.



Debido a la persecución de la casa de York, la familia de Enrique pronto abandonó Gales por Bretaña, donde fueron acogidos por el duque de Bretaña, Francisco II. En Bretaña creció y se educó Enrique como uno de los candidatos de la Casa de Lancaster al trono ocupado en ese momento por la casa de York.



En 1483 abandonó Bretaña para unirse a la rebelión de su primo Enrique Stafford, duque de Buckingham contra Ricardo III; sin embargo, la victoria de este último forzó a Enrique a huir precipitadamente a Bretaña, buscando de nuevo el amparo del duque. En 1485, tras recibir apoyo financiero del duque, y habiéndose asegurado un cierto apoyo galés, Enrique lanzó una nueva rebelión al desembarcar de nuevo en Gales; Ricardo III salió al encuentro de Enrique, pero, debido a la traición de ciertos nobles, su ejército fue incapaz de ganar la batalla de Bosworth, en la que el propio Ricardo luchó con valentía y murió (22 de agosto de 1485).



Tras la batalla de Bosworth, Enrique se convirtió en rey de Inglaterra con el nombre de Enrique VII y acabó con las guerras de las Dos Rosas.





En política interior, los esfuerzos de Enrique se centraron en afianzar su posición en el trono tanto económica como dinásticamente. No pudiendo recurrir al Parlamento, al ser un rey nuevo e impopular, utilizó al máximo los impuestos ya existentes, incluso aquellos que habían caído en desuso, esforzándose particularmente en recaudar impuestos a los nobles. Para mejorar sus finanzas también se apropió de las tierras de aquellos nobles que habían fallecido durante las guerras de las Dos Rosas o habían apoyado a Ricardo.

El símbolo de los Tudor: La Rosa Tudor, rojo por la Casa de Lancaster y blanco por la Casa de York.


Aunque Enrique era miembro de la Casa de Lancaster, se casó el 18 de enero de 1486, en la catedral de Westminster, con Isabel de York, hija del rey Eduardo IV, tal como la madre de Enrique, Margarita Beaufort, y la madre de Isabel, Isabel Woodville, habían acordado años antes. Este matrimonio supuso la unión de las casas de Lancaster y de York, hablándose a partir de entonces de la dinastía Tudor, por Owen Tudor, el abuelo paterno de Enrique.

De este matrimonio nacieron 7 hijos:
  • Arturo (n. priorato de St. Swithin, Winchester 20.9.1486 - m. castillo de Ludlow, 2.4.1502), creado duque de Cornualles al nacer, pero proclamado príncipe de Gales en 1489; casado con Catalina de Aragón, hija menor de los Reyes Católicos.
  • Margarita (n. Palacio de Westminster, 29.11.1489 - m. castillo de Methven, Perthshire, 24.11.1541), casada sucesivamente con Jacobo IV de Escocia, con Archibaldo Douglas, conde de Angus y regente de Escocia -este matrimonio fue anulado en 1527-, y con Enrique Estuardo, Lord Methven.
  • Enrique VIII (n. palacio de Greenwich, 28.6.1491 - m. palacio de Whitehall, Londres, 18.2.1547), duque de York, a la muerte de su hermano mayor (1502), se convierte en el heredero del trono.
  • Isabel (n. palacio de Westminster, 2.7.1492 - m. palacio de Eltham, 14.9.1495).
  • María (n. palacio de Richmond, 18.3.1496 - m. Westhorpe Hall, 24.6.1533), casada primero con Luis XII, rey de Francia, y luego con Carlos Brandon, duque de Suffolk.
  • Edmundo (n. palacio de Greenwich, 21.2.1499 - m. Hatfield, 19.6.1500), duque de Somerset.
  • Catalina (n. y m. Torre de Londres, 2.2.1503).

Trágicamente, Enrique tuvo que sufrir, primero, la muerte de Arturo, su adorado hijo mayor y heredero, a causa de unas fiebres, el 2 de febrero de 1502, y al año siguiente (11 de febrero de 1503), la de su mujer Isabel de York, por complicaciones durante el parto de su hija menor, Catalina, que también falleció inmediatamente. El rey nunca se recuperó de este dolor, falleciendo en el palacio de Richmond, el 21 de abril de 1509. Fue enterrado en la abadía de Westminster, y su hijo Enrique VIII le sucedió pacíficamente.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Los Tudor




La Casa de Tudor gobernó el reino de Inglaterra desde 1485 hasta 1603. Su emblema era una rosa, la rosa Tudor, de diez pétalos, cinco blancos en el centro y cinco rojos en el borde exterior. De esta forma se simbolizaba la unión de la Casa de York con la Casa de Lancaster y el fin de la guerra civil que ensangrentó la historia inglesa durante el siglo XV.


Su historia esta entrelazada con los acontecimientos más importantes y dramáticos de la historia moderna de Europa y del mundo, pues bajo su gobierno comenzó la exploración inglesa de América. Por ello se la considera como la familia real inglesa más famosa y controvertida. Son un ejemplo de las monarquías autoritarias con las que compitieron y se relacionaron en el escenario de la Europa occidental del Antiguo Régimen.


La dinastía Tudor o Casa de Tudor (Tudur en galés) remonta su origen al siglo XIII. Comprende una serie de cinco monarcas de origen galés que reinaron sobre el reino de Inglaterra y el reino de Irlanda. Los tres principales monarcas, Enrique VII, Enrique VIII e Isabel I orquestaron la transformación del reino de Inglaterra de un patio trasero europeo siempre sumergido en la Edad Media, en un Estado poderoso del Renacimiento que iba a dominar gran parte del mundo conocido.

La dinastía Tudor empezó con el matrimonio secreto entre Owen Tudor (un pro-inglés de Owain ap Maredudd ap Tudur), descendiente de Ednyfed Fychan, poderoso senescal del reino de Gwynedd en tiempos de Llywelyn el Grande; y Catalina de Valois viuda del rey Enrique V de Inglaterra. La dinastía adquirió su poder cuando Enrique Tudor, se convirtió en rey de Inglaterra bajo el nombre de Enrique VII. Enrique Tudor, por su madre, una Plantagenet, descendía del rey Eduardo III; además él se casó en 1486 con la hija mayor del rey Eduardo IV, Isabel Plantagenet.

Enrique VII hizo desaparecer en 1499 al conde de Warwick, Eduardo (1475-1499), último descendiente varón de la casa Plantagenet. El reinado de la dinastía se acabó cuando la reina Isabel I murió sin descendencia.

La sucesión de Isabel I recayó en su primo el rey Jacobo VI de Escocia que reinó también como Jacobo I de Inglaterra. Jacobo era bisnieto de Margarita Tudor, que era hija de Enrique VII. Se convirtió en el primer representante de la Casa de Estuardo de los reyes de Inglaterra.

Los reyes de la familia Tudor, por orden de sucesión al trono, fueron:

  • Enrique VII que reinó de 1485 a 1509, puso fin a la Guerra de las Dos Rosas venciendo a Ricardo III en la Batalla de Bosworth.


  • Enrique VIII, hijo de Enrique VII, que reinó de 1509 a 1547. Tuvo seis esposas: Catalina de Aragón, Ana Bolena, Jane Seymour, Ana de Cleves, Catalina Howard y Catalina Parr. Esto le hizo famoso, ya que varias de ellas convivieron con él al mismo tiempo, después de que al divorciarse de ellas las adoptase como hermanas. Éste fue el caso de la primera, Catalina de Aragón, y de la cuarta Ana de Cleves. A otras como la segunda y la quinta, primas ambas, en cambio, las hizo decapitar por adúlteras. Sólo la tercera y la sexta murieron como reinas.


  • Eduardo VI, hijo de Enrique VIII, que reinó de 1547 a 1553.

  • Juana I, que reinó una semana en 1553. Era hija de una sobrina de Enrique VIII y por lo tanto bisnieta de Enrique VII.

  • María I, la mayor de las hijas de Enrique VIII, que reinó de 1553 a 1558. Fue la segunda esposa de Felipe II, rey de España.

  • Isabel I, segunda hija de Enrique VIII, que reinó de 1558 a 1603. Conocida como la reina virgen. Las tierras descubiertas por los ingleses en América recibieron por ella el nombre de Virginia.

El período histórico Tudor refleja habitualmente el período del Renacimiento inglés. Ocasionalmente, el término es utilizado frecuentemente para caracterizar el reinado de Isabel I, aunque generalmente este período sea tratado por separado de la época isabelina. El reino de los Tudor en Inglaterra está unido sin embargo a incansables conflictos con la Casa de Estuardo, familia real de Escocia que consagraba un odio sin igual contra la monarquía de los Tudor. Son por otra parte los Estuardo los que sucederán a los Tudor, en 1603, por el advenimiento de Jacobo VI de Escocia, hijo de la reina María Estuardo.

Para los ingleses, la expresión evoca a la vez un estilo arquitectónico y un período particularmente animado en el plano político, cultural y artístico. A pesar de los graves problemas religiosos que marcaron los años 1529-1558 en el momento de la reforma en Inglaterra, el período Tudor ve el emerger de Inglaterra como poder político y marítimo, el principio de la expansión colonial inglesa y el nacimiento de una brillante literatura inglesa.

martes, 10 de noviembre de 2009

Filipo II de Macedonia. 2da. parte



Sus ideas expansionistas de Macedonia y su capacidad militar pronto le llevaron a lograr grandes éxitos. Inmediatamente asentó el poder de la monarquía macedonia tanto dentro como fuera de sus fronteras. En el interior, acabó con los pretendientes que le veían como un usurpador y dominó a los príncipes de las regiones altas (Lincestia, Eilimia y Orestis). En el exterior, venció a una coalición de peonios e ilirios en 358 a. C., con lo que Filipo expandió su área de control tierra adentro hasta el lago Ócrida.


Luego aprovechó la Guerra Social (o Guerra de los Aliados) de 357-355 a. C. para expandirse. En 357 a. C. tomó la colonia ateniense de Anfípolis, que controlaba las minas de oro del monte Pangeo, reteniéndola a pesar de las promesas de devolvérsela a los atenienses. Ese mismo año, Filipo se casó con la princesa Olimpia de Epiro, hija del rey de Molosia.


En 356 a. C. conquistó Pidna, y a continuación Potidea, ciudad que entregó a la Liga Calcídica en contra de los intereses de Atenas. Tras derrotar a una nueva coalición de tracios, ilirios y peonios, apoyada por Atenas, Filipo se sintió lo suficientemente fuerte como para postergar a su sobrino, dejarse de ficciones y proclamarse rey de Macedonia, con el nombre de Filipo II.


En el año 337 a. C., Filipo se divorcia de Olimpia. Su intención era volverse a casar con una noble macedonia, Eurídice, sobrina del general Átalo. Para aplacar el descontento de los nobles de Molosia (de donde era Olimpia), trama un matrimonio de conveniencia entre su propia hija Cleopatra y un hermano de Olimpia, Alejandro de Epiro, que era rey vasallo en Molosia.


Para la boda se organizaron grandes fiestas en Egas (primera capital de la antigua Macedonia). Desde el amanecer avanzaban en procesión solemne las estatuas de los doce dioses sentados en tronos lujosos muy adornados. Una estatua hacía la número trece: era la efigie del gran Filipo.


Hubo un gran banquete y a continuación todos se dirigieron al teatro para terminar allí el agasajo. Llegó Filipo que se había vestido de blanco para la ocasión y cuando se disponía a entrar en el recinto sin guardaespaldas (resaltando ante los diplomáticos griegos ahí presentes su cercanía al pueblo). Entonces se le abalanzó un joven noble macedonio y le hirió en un costado. Murió al instante allí mismo. El asesino se llamaba Pausanias (como el famoso general del siglo V a. C. y el famoso historiador del siglo II), uno de sus siete guardaespaldas. El asesino inmediatamente intentó escapar y alcanzar a sus compañeros en la conspiración, que le esperaban con caballos en la entrada de Egas. Fue perseguido por tres guardaespaldas de Filipo y murió a sus manos.


Las razones para la acción de Pausanias son difíciles de responder completamente, dado que existe controversia incluso entre los historiadores antiguos. El único relato contemporáneo que ha llegado es el de Aristóteles, que comenta que Filipo fue asesinado porque Pausanias había sido ofendido previamente por los seguidores del general Átalo, suegro del rey.


Cincuenta años más tarde, el historiador Clitarco de Alejandría amplió y embelleció la historia. Siglos más tarde su versión sería narrada por Diodoro Sículo y por todos los historiadores que se basaron en Clitarco. En el libro dieciséis de la historia de Diodoro, Pausanias habría sido un amante de Filipo, que habría tenido un ataque de celos cuando Filipo cambió sus preferencias por otro hombre más joven, también llamado Pausanias. Sus intentos por conseguir al joven acabarían haciendo que éste se suicidase, lo que llevaría a que su amigo Átalo se enemistase de Pausanias. Átalo acabaría vengándose invitando a Pausanias a cenar, emborrachándole, y sometiéndole a abusos sexuales.


Cuando Pausanias acudió a Filipo el rey se vio incapaz de castigar a Átalo, dado que estaba a punto de enviarle a Asia con Parmenión para preparar la invasión. También se había casado con la sobrina o hija de Átalo, Eurídice. En lugar de ofender a Átalo, Filipo trató de compensar a Pausanias ascendiéndole dentro de la guardia real. Sin embargo, parece que el deseo de venganza de Pausanias habría dado un giro contra el hombre que no había cumplido en vengar su honor herido, por lo que planeó matar a Filipo y, algún tiempo más tarde, con Átalo ya en Asia, puso su plan en marcha.


Otros historiadores (por ejemplo, Juniano Justino 9.7) sugieren que Alejandro y/o su madre Olimpia eran conocedores de la intriga si no incluso los instigadores. Al parecer, según el historiador, Olimpia habría agradecido a Pausanias su acción poniendo una corona encima del cuerpo del asesino, erigiendo un monumento en su memoria y ordenando sacrificios anuales en su honor.


Muchos historiadores modernos entienden que todos los relatos son improbables. En el caso de Pausanias, el motivo que se alega para el crimen parece muy forzado. Por otro lado, la implicación de Alejandro y de Olimpia arroja dudas: actuar como se supone que hicieron habría requerido actuar directamente contra la máquina militar, que era leal a la persona de Filipo. Lo que parece que se recoje en estas historias son las sospechas naturales que recaen en los principales beneficiarios del asesinato. Podría incluso haber parte de propaganda esparcida por los enemigos políticos dentro de los relatos posteriores al acontecimiento, y más teniendo en cuenta que Átalo sería posteriormente ejecutado en la consolidación del poder por Alejandro tras el asesinato.


Por todo ello, los historiadores de todos los tiempos han barajado muchas teorías sobre el caso. Lo primero que han hecho siempre ha sido preguntarse quien salía beneficiado con la muerte de Filipo, pero esta pregunta tiene muchas réplicas. Varios personajes pudieron estar implicados, como por ejemplo:


  • El propio Alejandro, su hijo

  • Olimpia, la esposa de la que se divorció

  • El rey de Persia

  • Muchos nobles macedonios

  • Demóstenes, su eterno rival

Cada autor presenta su tesis y sus teorías, pero el asesinato de Filipo sigue siendo un misterio

Filipo II de Macedonia


Filipo II (en griego Φίλιππος, y en macedonio Филип II-ри, que significa «amante de los caballos») (382 a. C. – 336 a. C.), rey de Macedonia desde 355 a. C. hasta su muerte. Fue el padre de Alejandro Magno, y sus hazañas allanaron el camino de la gloria recorrido por su hijo.


Nacido en Pella, Filipo era el hijo más joven de Amintas III (394 a. C.-370 a. C.) y Eurídice II. Filipo permaneció como rehén en Tebas, que por entonces era la polis hegemónica en Grecia, durante tres años (368 a. C.-365 a. C.). En esa época, Filipo recibió educación militar y diplomática de Epaminondas y vivió con Pamenes de Tebas, un entusiasta defensor del Batallón Sagrado de Tebas.

En 364 a. C. Filipo volvió a Macedonia, participando en asuntos de gobierno. La muerte de sus hermanos mayores, los reyes Alejandro II y Pérdicas III, le permitieron convertirse en regente de su sobrino Amintas IV, hijo de Pérdicas III. El joven Filipo, de 22 años, se convirtió en el gobernante de facto.


Tras sus tres años de estancia en Tebas, Filipo había estudiado de cerca los ejércitos griegos y su política. Se dio cuenta de que la nueva táctica de la ruptura que se enseñaba a los soldados, basada íntegramente en la falange, podía mejorarse mucho. En el campo político se dio cuenta de que Tebas ya no era la ciudad fuerte ante Atenas, que se debilitaba y dejaría de dominar. La idea de este rey era llegar a la unidad política de todos los pueblos griegos bajo su mando.


Su primer cometido fue organizar un buen ejército, competente, disciplinado y numeroso, capaz de enfrentarse con los más grandes pueblos de aquel mundo conocido, capaz de dominarlo, como lo hizo, a lo largo de dos siglos. Filipo preparó el ejército no con mercenarios, sino con sus súbditos, para el posterior triunfo de Alejandro Magno, de la misma manera que Cayo Mario preparó en Roma el ejército que haría triunfar a César. El biógrafo griego Plutarco (c. 46-125) escribiría siglos más tarde esta coincidencia en su gran obra Vidas paralelas.

El rey proporcionaba las armas:


  • Casco

  • Coraza de cuero

  • Escudo pequeño y redondeado

  • Espada corta

  • Lanza de 6 metros y medio, la famosa sarissa, la más larga y pesada de las lanzas de la Antigüedad.

Filipo reorganizó el ejército de Macedonia, que hasta entonces se basaba en la caballería, integrada a su vez por la nobleza. Aumentó el número de infantes, se preocupó por su equipamiento y les dotó de un arma nueva, la sarissa. Creó la falange, cuerpo concentrado de infantería formado por 16 filas de soldados, las 5 primeras filas bajaban la sarissa para entrar en combate. Los flancos estaban protegidos por la caballería.


Se componía de:



  • Caballería pesada (formada por la nobleza). Los reyes macedonios poseían una tropa de jinetes nobles que formaban su escolta, llamados hetairoi (compañeros del rey). Filipo organizó a su modo esa caballería y les dio a todos las mismas armas: coraza metálica, jabalina y espada. Eran en total 800 hombres, y su especialidad era la carga frontal.

  • Caballería ligera. Era la encargada de iniciar el combate y apoyar a la falange atacando los flancos enemigos.

  • Infantería (formada por la masa del pueblo y los hipaspistas -infantería ligera-).

  • Falange (donde estaban los hombres más robustos). Estaba formada por guerreros armados con lanzas, que entraban en combate de forma frontal y sin separar las líneas. Con Filipo adquirieron tanta importancia que les denominó pezhetairoi (compañeros a pie del rey)

Al principio este ejército lo componían 10.000 soldados. Poco a poco fue engrosando en número y alcanzó los 30.000 efectivos. Llegó a ser muy superior a todos los demás ejércitos de los distintos pueblos griegos, siendo no sólo superior en número de contingentes, sino en un aspecto fundamenal como era la organización y la disciplina. Filipo sabía que los griegos se habían ido relajando en sus costumbres y por tanto trató de corregir los fallos y errores. Los soldados griegos temían las grandes marchas, nunca se ponían en campaña si no era primavera, llevaban muchos carros y sirvientes consigo, lo que hacía que se llenaran los campos y retrasaran las marchas. Desde un principio, Filipo obligó a sus soldados a caminar 50 km diarios llevando sus armas e impedimentas, prohibió llevar vehículos y sólo consintió un sirviente por cada 10 hombres y uno también para cada jinete. Además hizo campañas en invierno. Era muy rígido y contaba con la disciplina por encima de todo.


Para la lucha en el campo de batalla se colocaban en falange, que era la masa regular. La falange no era un invento de Filipo, ya existía entre los griegos, pero él supo perfeccionarla. La falange macedonia constaba de 16 filas de hombres armados con la sarissa. Los de las 6 primeras filas sostenían con las dos manos la lanza tendida en dirección al enemigo. Por delante de ellos iban asomando las lanzas de las filas de los que estaban detrás, de manera que la formación quedaba así:



  1. En la primera fila la lanza o sarissa avanzaba 6 metros (6 y medio, a veces).

  2. La segunda fila sobrepasaba su lanza en 5 metros a la primera.

  3. La tercera sobrepasaba en 4 metros.

  4. La cuarta sobrepasaba en 3 metros.

  5. La quinta en 2 metros.

  6. La sexta en 1 metro.

  7. Las últimas filas sostenían su lanza hacia arriba, se mantenían a la expectativa y cubrían bajas. En caso necesario, las ocho últimas filas hacían frente al lado opuesto, volviendo la espalda a sus compañeros. Entonces se formaba una agrupación impenetrable. La falange era una masa pesada, de movimientos lentos, que sólo podía maniobrar en llano. Para movimientos rápidos, escalar alturas y atrincheramientos, Filipo contaba con infantes que llevaban un escudo pequeño y armas ligeras.

Otra cuestión de la que se ocupó el rey fue de la maquinaria de guerra que llegó a ser la más completa que los historiadores hayan conocido hasta ahora. Se empleaba para sitiar ciudades y constaba de catapultas (que lanzaban grandes piedras y tizones encendidos) y torres móviles para alcanzar las murallas. Con este ejército tan preparado y tan bien equipado Alejandro Magno pudo realizar los sueños de su padre Filipo: conquistar Persia.


lunes, 9 de noviembre de 2009

Olimpia de Epiro

Olimpia (375 a. C. – 315 a. C.) fue la esposa principal del rey Filipo II de Macedonia y madre de Alejandro Magno. Era hija de Neoptólemo I de Epiro, rey de Molosia, en la región de Epiro al noroeste de la actual Grecia.

Muerto su padre, Neoptolemo, rey de Molosia, en la región de Épiro y huérfana también de madre desde muy pequeña, vivió bajo la tutela de su tío Arribas, que pasó a ser el rey de Molosia y quien arregló su matrimonio con Filipo de Macedonia, para enlazar la amistad y tener buenas relaciones con este país. Olimpia tenía 19 años cuando se casó. Y fue la primera esposa en rango (no en orden).

Su nombre de soltera era Políxena, en honor de la joven llamada así, hija de Príamo y sacrificada en la tumba de Aquiles. Cambió su nombre por el de Myrtale cuando se casó con Filipo, y más tarde lo volvió a cambiar por Olimpia, en memoria de la victoria que Filipo obtuvo en este lugar y que sucedió el mismo día del nacimiento de su hijo Alejandro. Pasados los años volvió a cambiar el nombre por el de Estratonice, en honor de la victoria obtenida en defensa de su nieto Alejandro IV frente a su rival Eurídice (que era aliada de los sucesores de Casandro de Macedonia).

Olimpia (nombre con que se la conoce en la Historia), tuvo dos hijos con Filipo: Alejandro, en el 356 a. C. y Cleopatra de Macedonia, en el 353 a. C. Estos niños se educaron junto con los otros niños de la corte: Karono y Arrideo (hijos de Filipo y otras mujeres), Amintas, sobrino de Filipo, Europe (hija de su última esposa la joven macedonia) y Cleopatra, sobrina de Átalo.
No se conservan muchos escritos sobre la vida de Olimpia. Los historiadores han tenido que entresacar de los pocos fragmentos que han llegado a sus manos. Pero sí hay una leyenda difundida por sus enemigos, sobre todo por el mayor de todos que fue Casandro. Se dice que era una mujer violenta, neurótica y supersticiosa. Y también se dice (y es histórico) que bajo su mandato fueron asesinados varios personajes de su época. Olimpia hizo lo que otros reyes de su momento, es decir llevar una política de eliminación de posibles rivales.

Se jactaba al decir que su hijo era un semidios pues según ella, el mismo dios Zeus la había preñado, pero esta anécdota solo puede ser interpretada como un intento de realzar la procedencia casi divina de su primogénito Alejandro el Grande.

Para muchas mujeres el frenesí dionisíaco representó una especie de viaje liberador con drogas, pese a que sólo utilizaban vino y el resto correspondía a la autosugestión y a la emoción compartida. Olimpia le añadía una poderosa imaginación. Para cólera y disgusto de Filipo, que tenía aspiraciones helénicas, Olimpia mantuvo a su alrededor las serpientes domesticadas del culto tracio primitivo. Es posible que sufriera alucinaciones autoinducidas. Con toda probabilidad Alejandro todavía era muy pequeño cuando ella le dio a entender que Filipo no era su padre.

En aquellos tiempos la vida cotidiana gozaba de poca intimidad, incluso en el caso de los grandes. Por eso resultaba significativo que, pese a las acusaciones que Olimpia provocó, nunca se mencionara a nadie como su amante. Dado que odiaba a su marido, quiso poseer totalmente a su hijo. Acontecimientos posteriores demuestran que, cualquiera que fuese el misterio que Alejandro creyó que rodeaba su nacimiento, él lo consideraba sobrenatural.

Fue repudiada por Filipo II en el año 337 a. C. y de esta manera pasó de ser reina a ser sólo madre de Alejandro. Se exilió voluntariamente en Epiro, su región natal. Sólo volvió a Macedonia cuando murió Filipo, al año siguiente, en el 336 a. C. Se dice de ella que es una de las principales sospechosas de la muerte de Filipo II debido al repudio del que fue objeto y debido además a que el nuevo casamiento de Filipo II y por ende un nuevo hijo de éste, podía hacer peligrar el futuro reinado de Alejandro. A partir de ese momento su vida se convierte en intrigas políticas y asesinatos. En primer lugar mandó asesinar a la última esposa legítima de Filipo, hecho que fue muy reprochado por Alejandro, su hijo. A pesar de estas turbulencias parece ser que fue la época mejor de su vida pues se sentía importante como regente de Macedonia, sin que nada la estorbase. Pero tenía un enemigo sempiterno: Casandro que consiguió destruirla.

Cuando Olimpia mandó asesinar a Eurídice I (hija de Amintas) y a Filipo Arrideo (rey de Macedonia tras la muerte de Alejandro Magno), Casandro, el eterno rival, sublevó a parte del pueblo contra ella y finalmente la hizo ejecutar. Murió Olimpia en el año 315 a. C.

Casandro no contaba con la oposición de los soldados macedonios. Ordenó a éstos la ejecución de Olimpia, pero se negaron alegando que ellos no matarían nunca a la madre de su mítico jefe Alejandro. Después de este fracaso pretendió ganar terreno con la difamación y la calumnia hacia Alejandro. Pero los macedonios no están de acuerdo con este comportamiento y comienzan a retirarle su apoyo. El recuerdo del gran Alejandro pesaba todavía mucho.

Fue entonces cuando Casandro urdió toda una trama: acudió a los parientes de Eurídice (esposa de Filipo Arrideo, que había sido asesinada por orden de Olimpia), que estaban todos en contra de ésta. Y así con la ayuda de unos parientes despechados y enemistados, Casandro consiguió la muerte de Olimpia, su gran enemiga.

Se cuenta que murió valientemente, alzando la mirada y llamando a su hijo, y que su asesino (Casandro) fue censurado por este hecho durante mucho tiempo.

Relación entre Alejandro Magno y Aristóteles

No se sabe mucho de la relación entre ambos, ya que las leyendas y las falsificaciones han borrado todo rastro de verdad. He aqui algunos de los relatos que existen en torno a estos dos:


  • Filipo II de Macedonia (padre de Alejandro) conoció a Aristóteles porque el padre de éste, Nicómaco, era médico de Amintas II, padre de Filipo.Alejandro fue primero educado por Leónidas, en lo militar, y por Lánice, quien le hizo amar la literatura, en especial los poemas épicos de Homero y Eurípides. Pero estos dos maestros los había escogido Olimpia, madre de Alejandro, de quien Filipo desconfiaba. Por lo que llamó a su amigo Arístóteles, en el año 342 a.C. para que educara a su hijo. El filósofo le enseñó de botánica, zoología, medicina, etc. Su influencia sobre Alejandro fue de la máxima importancia: a ella se deberá, entre otras causas, el fenómeno del helenismo y de la expansión de la cultura griega por todo Oriente. No obstante, Alejandro no asimiló los fundamentos políticos de la civilización de la Helade, rechazando el concepto de ciudad-estado como base de un sistema de gobierno.Aristóteles fue su maestro por muchos años, mientras él era adolescente, en Pella, e incluso durante su exilio. Este fue declarado por su padre durante una borrachera, cuando Alejandro se negó a tratar a Eurídice, noble macedonia, sobrina del general Átalo, recién casada con Filipo, como parte de su familia. Alejandro huyó y buscó refugio en Epiro, donde su tío, Alejandro de Epiro, hermano de Olimpia, su madre, reinaba. Allí se encontraba también su maestro, con quien compartió algún tiempo y solidificó su relación. Posteriormente, Alejandro mantendría a Aristóteles infrmado de sus campañas, incluso le enviaría ejemplares de especies aún no conocidas por el filósofo, y todo lo que pensara que le pudiera interesar.

Aunque hay opiniones de todo tipo a cerca de la relación del filósofo con el rey Macedonio:


  • Una de ellas es la expuesta por Hegel en sus Lecciones sobre la filosofía de la historia universal. Para el gran filósofo alemán, Aristóteles “no menoscabó la espontaneidad de la gran naturaleza de Alejandro, pero le imprimió la profunda conciencia de lo verdadero y formó con el espíritu genial de su discípulo un espíritu plástico, semejante a una esfera que flota libremente en el éter […]. Platón no educó a ningún estadista, pero Aristóteles hizo un verdadero rey, que imperó, como guía y caudillo, sobre su ejército y sobre toda Grecia.

  • En el extremo opuesto se sitúa el juicio de Bertrand Russell, quien en su Historia de la filosofía occidental afirma: “Supongo que su influencia fue nula. Alejandro era ambicioso y apasionado, se llevaba mal con su padre y, probablemente, era impaciente en el estudio. Aristóteles creía que ningún Estado debía tener más de cien mil ciudadanos y predicó la doctrina de la dorada mediocridad. No puedo imaginar que Alejandro considerara a Aristóteles de otra manera que como un viejo prosaico y pedante, impuesto por su padre para que no hiciera travesuras […]. En conjunto, el contacto entre estos dos hombres parece haber sido tan estéril como si hubieran vivido en mundos distintos”.

Poco después de la muerte de Filipo, Alejandro hizo ejecutar a un sobrino de Aristóteles, Calístenes de Olinto, a quien acusaba de traidor. Conociendo el carácter vengativo de su discípulo, Aristóteles se refugió un año en sus propiedades de Estagira, trasladándose en el 334 a Atenas para fundar, siempre en compañía de Teofrasto, el Liceo, una institución pedagógica que durante años habría de competir con la Academia platónica, dirigida en ese momento por su viejo camarada Xenócrates de Calcedonia.

Los once años que median entre su regreso a Atenas y la muerte de Alejandro, en el 323, fueron aprovechados por Aristóteles para llevar a cabo una profunda revisión de una obra que, al decir de Hegel, constituye el fundamento de todas las ciencias. Para decirlo de la forma más sucinta posible, Aristóteles fue un prodigioso sintetizador del saber, tan atento a las generalizaciones que constituyen la ciencia como a las diferencias que no sólo distinguen a los individuos entre sí, sino que impiden la reducción de los grandes géneros de fenómenos y las ciencias que los estudian. Como él mismo dice, los seres pueden ser móviles e inmóviles, y al mismo tiempo separados (de la materia) o no separados. La ciencia que estudia los seres móviles y no separados es la física; la de los seres inmóviles y no separados es la matemática, y la de los seres inmóviles y separados, la teología.

La amplitud y la profundidad de su pensamiento son tales que fue preciso esperar dos mil años para que surgiese alguien de talla parecida. Y durante ese período su autoridad llegó a quedar tan establecida e incuestionada como la que ejercía la Iglesia, y tanto en la ciencia como en la filosofía todo intento de avance intelectual ha tenido que empezar con un ataque a cualquiera de los principios filosóficos aristotélicos.

Sin embargo, el camino seguido por el pensamiento de Aristóteles hasta alcanzar su actual preeminencia es tan asombroso que, aun descontando lo que la leyenda haya podido añadir, parece un argumento de novela de aventuras.


Aristóteles falleció en Calcis en el año 322 adC a sus 62 años, antes de morir se había convertido en uno de los filósofos de mayor renombre de su tiempo, durante el cual también su pensamiento científico gozó de enorme prestigio.

jueves, 5 de noviembre de 2009

La caida del muro de Berlín

El Muro de Berlín cayó en la noche del jueves, 9 de noviembre de 1989, al viernes, 10 de noviembre de 1989, 28 años más tarde de su construcción. La apertura del muro, conocida en Alemania con el nombre de die Wende (el Cambio), fue consecuencia de las exigencias de libertad de circulación en la ex-RDA y las evasiones constantes hacia las embajadas de capitales de países del Pacto de Varsovia (especialmente Praga y Varsovia) y por la frontera entre Hungría y Austria, que impuso menos restricciones desde el 23 de agosto.




El muro de Berlín fue la división física que existía entre el Este y el Oeste de Berlín desde 1961 hasta 1989. Con el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945 Berlín fue ocupada por los soviéticos; dicho territorio fue declarado como República del Este de Alemania en 1949.
Poco después la ciudad de Berlín en sí misma fue dividida entre el Este y el Oeste. El Oeste fue denominada República Federal Alemana y ocupada por las fuerzas de Gran Bretaña, Francia y EE.UU. y el Este fue denominada República Democrática Alemana y ocupada por las fuerzas de la Unión Soviética.



La división política de Berlín se tornó psíquica cuando en 1961, los residentes en Berlín se encontraron con una división de alambres de púas entre el Este comunista y el Oeste no comunista. Dicha división fue reforzada por el Este alemán mediante soldados y milicias, y rápidamente fue reemplazada por un muro de material de 103 millas de largo y 4 metros de alto, construído de la noche a la mañana.

A lo largo del mismo fueron construídas trampas y zanjas; y solo existían 2 entradas/salidas; la más famosa fue la de Checkpoint Charlie. El muro resultó ser una barrera muy efectiva durante 25 años.

Desde que fue construído mucha gente trató de pasar de la RDA a la RFA (2,7 millones de personas aproximadamente). De acuerdo a algunos reportes mas de 400 personas murieron en el intento durante la Guerra Fría. Pero los activistas de derecha aseguran que las muertes llegarían a 800 personas.

En 1989, el muro de Berlín se convirtió en algo irrelevante, luego del permiso que Hungría concedió a los alemanes del este de dejarlos pasar por su país, para atravesar Austria y así llegar a la RFA. En Noviembre del mismo año cuando las noticias decían que no habría más restricciones para viajar o trasladarse de un lugar a otro, los ciudadanos comenzaron a demoler el muro sin ningún tipo de interferencia por parte de oficiales del gobierno. El Este alemán participó también en la destrucción del muro y se reunió junto al Oeste en 1990 como una Nación, "LA REPÚBLICA FEDERAL ALEMANA".
Aqui un documental con las imagenes de familias enteras reuniendose despues de la caida del muro, conmovedoras imagenes:





miércoles, 4 de noviembre de 2009

Alejandro Magno y Hefestión!!

Aqui un video de la peli super lindo!!!

Hefestión


Bueno pongo esto en honor a mi hermanita que esta loquita por el actor Jared Leto, quien interpreta a Hefestión en Alexander, asi que aqui va:
Hefestión Amintoros (nacido ca. 356 a. C. - muerto en otoño de 324 a. C.), hijo de Amíntor (Macedonio), aristócrata macedonio fue el hombre de confianza de Alejandro en las tareas de gobierno y en la guerra.

Nació en una fecha desconocida, pero las fuentes le atribuyen la misma edad de Alejandro, o quizá un poco mayor. De lo que no hay certeza es de cuándo se conocieron. Sin embargo, es posible que Hefestión compartiera educación con Alejandro en el pueblo de Mieza, con Aristóteles como profesor, al igual que otros chicos nobles. Se sabe que el filósofo le dedicó un volumen de cartas, así que debieron conocerse.

Hefestión acompañó a Alejandro en su campaña asiática desde el principio, luchando en la unidad de caballería.

Generalmente se considera que el apego emocional más grande que tuvo Alejandro fue por su compañero, comandante de caballería y posible amante, Hefestión. Probablemente fueron amigos desde la niñez, dado que Hefestión también recibió educación en la corte del padre de Alejandro. Hefestión hace su aparición en la historia en el momento en que alcanza Troya. Allí ambos amigos hacen sacrificios en los altares de los héroes de la Ilíada; Alejandro honrando a Aquiles y Hefestión a Patroclo. Como Aeliano (o Eliano) en su Varia Historia (XII.7) afirma: «De esa manera Alejandro implicó que él (Hefestión) era su objeto de amor, como Patroclo lo fue de Aquiles

La carta 24 atribuida a Diógenes de Sinope —aunque escrita en el primer o segundo siglo de nuestra era, y reflejando probablemente los chismes de los días de Alejandro— expresa que amonestó a Alejandro diciendo «Si quieres ser hermoso y bueno (kalos kai agathos), arroja ese trapo que tienes sobre tu cabeza y ven con nosotros. Pero no serás capaz de hacerlo, dado que estás dominado por los muslos de Hefestión.»

Tras la batalla de Issos, Alejandro y Hefestión fueron a inspeccionar el botín ganado, que incluía al harén real. Uno de los episodios mejor conocidos de la vida de Hefestión tuvo lugar cuando ambos conocieron a Estatira y Sisigambis, respectivamente la mujer embarazada de Darío III Codomano y la madre de éste. Mirando a ambos hombres, la reina madre mostró sus respetos postrándose ante Hefestión, quien era el más alto y bello, y según la lógica persa, el más impresionante de los dos debía ser el rey. Comprendiendo por los gestos que el séquito le hacía que se había equivocado, comenzó otra prosternación ante Alejandro; éste, levantándola, la corrigió diciendo: "No te preocupes, madre, no has cometido ningún error. Hefestión es como yo mismo."

Antes de la invasión de la India y el cruce del Hindu Kush, en el actual Afganistán, Alejandro le nombró ministro, reconociéndole como segundo en el mando. Durante la campaña india, Hefestión volvió a asumir responsabilidades militares en la vanguardia, puenteando ríos y encabezando un escuadrón en la Batalla de Yelum.

De regreso en Susa, capital del Imperio Persa, Alejandro desposó a Estatira, la hija mayor de Darío, y dio a Hefestión por esposa a la joven princesa Dripetis, hermana menor de su esposa real, y de este modo llegaron a ser cuñados.



Hefestión no estaba especialmente dotado como comandante en el campo de batalla, pero destacaba por su conocimiento de la logística. Cuando Alejandro requería el caudillaje de Hefestión en la batalla, éste normalmente llevaba a otro general consigo, y a veces al mismo Alejandro, para asegurarse de que no se cometieran errores, pero sus dotes como estratega compensaban con mucho sus dificultades en el campo de batalla.

En el otoño de 324 a. C., el ejército de Alejandro se acuarteló en la ciudad de Ecbatana para pasar el invierno. Hefestión enfermó durante los juegos que se celebraron en la corte y murió una semana después. Los síntomas descritos son compatibles con la fiebre tifoidea, pero nunca se excluyó la posibilidad de envenenamiento. Como favorito de Alejandro e íntimo amigo, debió tener muchos enemigos políticos. Sea cual fuere la causa de la muerte de Hefestión, se dice que Alejandro se volvió loco de dolor, haciéndose afeitar la cabeza y las crines de los caballos del ejército, cancelando todos los festejos y, cuenta la leyenda, crucificando a Glaucias, el médico que lo había atendido. Partió inmediatamente para Babilonia con el cadáver, donde celebró fabulosos juegos funerales en su recuerdo. El Oráculo de Siwa ante la pregunta de Alejandro, de cómo tenía que ser venerado Hefestión, respondió que debería ser adorado como un héroe divino. Algunos meses después, aún se estaba construyendo un espléndido monumento funerario en honor de Hefestión cuando murió el propio Alejandro.

Cuando Alejandro murio dejo un testamento en el cual sus puntos más interesantes fueron:

  • Completar la pira funeraria de Hefestión;
  • Construir «mil barcos de guerra, más grandes que los trirremes en Fenicia, Siria, Cilicia y Chipre para la campaña contra los cartagineses y aquellos que viven por la costa de Libia e Iberia y las regiones costeras que se extienden hasta Sicilia»;
  • Construir una carretera desde el norte de África hasta las columnas de Heracles, con puertos y astilleros alrededor;
  • Erigir grandes templos en Delos, Delfos, Dodona, Dión, Anfípolis, Cirno e Ilión;
  • Construir una tumba monumental «que rivalice con las pirámides de Egipto» para su padre Filipo;
  • Establecer ciudades y «llevar poblaciones de Asia a Europa y también en la dirección opuesta de Europa a Asia, para traer unidad y amistad al continente más extenso a través de enlaces matrimoniales y la unión familiar».